Volver a la fiesta en la que el olvido no baila
#ReportajeGráfico
Linda Esperanza Aragón | @lindaragonm
El año pasado viví en Baranoa, Atlántico su espléndida
fiesta anual: el Carnaval del Recuerdo. Aquella vez me acerqué a su origen, sus
entrañas; y a las voluntades que se juntaron para parirlo, mantenerlo despierto
y festejar la esencia de los recuerdos de los ancestros.
Es la verdadera fiesta del pueblo y para el pueblo, allí no hay distingos:
bailan y gozan todos. No interesan las creencias, las razas, las
nacionalidades, los estratos. Se viste uno como quiera y sale a la calle a
cantar, danzar y abrazar al asombro de estar vivos y juntos. Volví este año para
describir con la luz los sentires, expresiones y recuerdos nítidos de los
baranoeros. Hallé las mismas alegrías entrelazadas, las músicas caribes
arrullando los corazones fiesteros y las calles desbordadas de tradiciones auténticas
y de colores deslumbrantes. Como siempre: al olvido no lo dejaron pasar ni
bailar. ¡Bravo!
No diré más. Que hablen las imágenes, porque las imágenes
también existen para combatir al olvido, así como el Carnaval del Recuerdo.
P.D. Me obsesioné con las polleras entregadas a la euforia.
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