No sé si estas letras logren danzar (compilación de textos cortos)

 #CompilaciónDeTextosCortos

El mar sabe querer. La memoria se nutre de imágenes. La sonoridad de una caída se parece a la nostalgia. El vaivén de una silla puede ser irremplazable.

El viejo. 

Linda Esperanza Aragón | @lindaragonm

Mi forma de bailar

Me dijeron que para aprender a bailar debía mirarme al espejo y observar muy bien cada movimiento, que encontraría un estilo propio y que me enamoraría de algún meneo si me concentraba en mi reflejo.

Se me cansaron los ojos antes que las caderas. No me sentí cómoda. Pensé en que me merecía un mar. Fui hasta él, pero no bailé. Dormí, nada más dormí. De soñar nadie se cansa. La arena me dio una caricia maternal. No necesitaba un espejo, necesitaba una tarde fresca y emborracharme de tanto mirar el movimiento de las olas después de la siesta.

A casa regresé con un rítmico deseo de visitar la playa cada día. Mi alma no se envenenará.

***

Recuerdo visual

Unos dicen que la fotografía debería ser en blanco y negro porque así se logra narrar el alma de las personas y la esencia de los lugares. Otros dicen que debería ser en color para obtener todavía más información sobre los sujetos y su entorno, que hasta la pintura de una pared y los colores de los atuendos dicen algo. No lo negaré: a veces me dejo llevar por la coquetería del color y a veces me dejo embrujar por el blanco y negro. Es que en ambos mundos he encontrado maravillosas historias que me han dejado muda.

Recuerdo siempre las palabras que me dijo un viejo de un pueblo caribeño al que alguna vez le hice un retrato: “El único retrato que tengo es el que aparece en mi cédula”. No abandonó la sonrisa ni endureció el rostro para la fotografía; parecía que había pasado mucho tiempo deseando ser retratado. No quería ser olvidado, quería que a su familia le quedara —al menos— una nostalgia visual cuando él partiera de este mundo.

Después de esa experiencia entendí que el camino era contar historias para la memoria y que el color no es quien define la perennidad y emotividad de una fotografía. Yo recuerdo la mirada serena del viejo.

***

Andares desprovistos de ella

Me decía mi madre: “Bájate de ese palo que es vidrioso, te vas a caer”. Hoy, cuando camino por caminos vidriosos esa voz que me prevenía no la escucho. Me devora la nostalgia. El hielo se rompe bajo mis pies y la voz no suena. La vida debe ser eso. Eso debe ser la vida. No suena la voz, pero no se ha convertido en un recuerdo extinguido. Me acompañan mis pensamientos, les respondo, hablo con ellos. En ocasiones me previenen a tiempo; en otras, no puedo ni definir las caídas. Hay tropezones interminables y soledades sin solución. Hay gritos secos y saltos al vacío en los que les doy una salida digna a mis miedos y en los que me repito a mí misma: “Amanecerá y veremos”.

Las caídas son mi equipaje, prefiero cargar con ellas que con placeres imitados. Esa voz no suena ya, pero sigo caminando. La vida debe ser eso…

***

La abuela es libertad

Cuando la abuela se sentó por primera vez en una silla Rimax dijo:

—Me siento como en una fiesta en la que suena una canción que me gusta y no puedo bailar. ¡Tráiganme mi mecedora tejida! 


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