Risotadas, agua salada, trampolines y cebollas (compilación de textos cortos)

 #CompilaciónDeTextosCortos

Relatos que olvidarás mañana.

Trampolín.

Linda Esperanza Aragón | @lindaragonm

Currucuchú

—Las carcajadas de la Niña Emilia son como una serenata tropical para mí ­—le confesé a mi amante mientras la escuchábamos en casa.

—Son desbordantes, contagian —me dijo.

—¿Se reía con esa fuerza porque tenía el corazón lleno de momentos o por los cuchicheos de la memoria? —pregunté sin esperar una respuesta.

—O para enterrar los dolores —contestó.                                                   

—Yo me sumerjo en su risa —le dije.

—¿Crees que algún día podrás reírte así, amor? —preguntó.

—Ojalá —contesté y luego suspiré.

—¿Y ojalá será soledad, será el derecho a olvidar, o será una simple lluvia fresca? —me preguntó y me miró como quien espera una respuesta.

***

Monólogo en la bahía de Santa Marta

Tengo derecho a olvidar.

Tengo derecho a sumergirme para que las cosas sucedan sin mi participación.

Tengo derecho a creer que es mejor bailar que aferrarse a la palabra reinventar.

Tengo derecho a pensar que la peor muerte no es la muerte sin despedida.

Tengo derecho a llorar con mi cuerpo entero y a no dejarle esa tarea solo a los ojos.

Tengo derecho a ignorar, por un instante, la voz de las olas del mar para poder escuchar el latido de mis dudas y errores.

Tengo derecho a preguntarme si recordar es llenarse el corazón de momentos, tener la suerte de haberlo vivido, o si recordar es volver a emputarse.

***

Juego obligatorio

Los brincos son cronometrados y las sonrisas de los niños mientras yacen elevados tienen un precio. En el trampolín a algunos se les revuelven las vísceras y a otros se les aviva la imaginación. Es el negocio de los saltos.

Los niños saltan y saltan sin estar enterados de que la vida también tiene su propio juego, un juego inaplazable: el de los tropezones.

***

¿Quién inventó el insomnio?

Vi un comercial en el que pregonaban: “Lleve ya por un precio especial este rebanador de cebollas totalmente innovador que le permitirá preparar increíbles ensaladas sin que usted bote una sola lágrima”. 

Después de eso no sé qué diablos seguirá: ¿un paraguas que arrope el cuerpo de la cabeza a los pies?, ¿zapatos con aire acondicionado?, ¿un bolso especial en el que se guarde el pan francés para disimular su largura?, ¿un libro que se lea a sí mismo?, ¿cigarrillos impermeables para fumar bajo la lluvia?, ¿un tenedor mecánico que enrolle a la perfección los espaguetis?, ¿una camisa que nos dé abrazos en momentos jodidos?, ¿unas gafas detectoras de gestos faciales embusteros en las conversaciones?, ¿un horno de microondas con una pantalla adaptada que muestre memes cuando esperamos a que se caliente la comida?, ¿un cine que transmita los olores de las películas?, ¿un mouse experto en quiromancia que intente descifrar a diario, mientras trabajamos, en qué fecha seremos despedidos?, ¿un inodoro que perfume la mierda?

¡Uf!, y la lista quizá continúe. Me parece que hoy no dormiré por estar imaginando inventos estúpidos…

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