Soledades
#RelatoEnPrimeraPersona
Linda Esperanza Aragón | @lindaragonm
No me quejo de las soledades que me acompañan, ellas son fieles y honestas. Escribo para sacudirlas, recordarlas, transferirles afecto, sacarlas a pasear y encontrar otras. Mis soledades no son espacios sin gente; son miedos, nostalgias, inquietudes y silencios que no me pesan ni me espantan ya. Cada soledad es un fragmento, cada fragmento es una historia tan breve que el viento podría llevarse.
Soledad núm. 1
A veces se apodera de mí ese dilema que le planteó la
tía Cena a Nora Márquez, su sobrina enamorada, en la novela Caballo viejo: “¿Tu corazón hace pum,
pum por alguien o hace así para trastear la sangre de un lado pa’ otro?”. Este
es un dilema que no se resuelve fácilmente, un dilema que me provoca
enterrar en el jardín de la casa para ver si retoña alguna respuesta.
Soledad núm. 2
Me trago algunas angustias que nadie podrá leer en mi mirada.
Soledad
núm. 3
En medio de estos resplandores de incendio en el
Caribe me acuerdo de la ceiba que estaba en el patio de la casa de la infancia.
Me aferro a su sombra inconmensurable que conseguía arropar cualquier
nostalgia, filia, debate íntimo, olvido, regreso y encuentro. Una sombra que no
era egoísta y que tenía la paciencia para cobijarme mientras la vida pasaba.
Soledad núm. 4
El atrevimiento de la muerte —cuando llega— es más
grande que la sombra de la ceiba de mi infancia. Eso no lo discuto.
Soledad núm. 5
Hay monólogos que se convierten en diálogos. Hay
recuerdos anónimos y abordables.
Soledad núm. 6
¿Soy honesta si digo que no tengo apetito de eternidad?
Soledad núm. 7
El ventilador es descarado al querer imitar la brisa
caribeña. No, jamás lo logrará. Lo que siento es un fogaje intenso. No sé qué
es más triste: un ventilador que remeda la brisa del Caribe, una risa
contenida, o creer que el sexo es oscuridad y sudor. Siento que ruedo como
una hoja seca con la fuerza del ventilador. Es una brisa artificial que me
vuelve ausente y me lleva a preguntar: ¿qué me hará menos ausente?, ¿la
buena compañía o la buena soledad?
Soledad núm. 8
Soy
latidos deshojados, nostalgias que no escampan y olvidos regados en el camino.
Soledad núm. 9
Hoy no sé si humedecer las penas con la lluvia, el llanto, el mar, o con una Costeñita.
Soledad núm. 10
A veces quiero callar lo que siento. A veces quiero
estremecer al otro derramando palabras. A veces me pregunto cómo pueden convivir una soledad frágil
y una soledad pretenciosa.
Soledad núm. 11
Me duerme el rumor de la noche mientras sigo pariendo soledades.
Comentarios
Publicar un comentario