Sin parpadear
Linda Esperanza Aragón | @lindaragonm
Por las calles, esquinas,
campos, cuerpos de agua dulce y salada, patios y playas del Caribe colombiano
me encontré a los niños entregados a la diversión; no pude evitar fijarme en sus travesuras.
Todavía abrazan los juegos
tradicionales: la cometa, el trompo, el escondite, la rayuela, la bicicleta, el
fútbol. Y, entre sombreros, polleras y bailes, la cotidianidad se deleita
y el desarraigo pierde su brío. Son un poema en movimiento, un río
sensible; son los latidos del paisaje. Saben comunicarse con la lluvia.
Si parpadeaba podía perder
escenas... Los niños de mi Caribe danzan, corren, nadan y saltan. Esa
inquietud es luz.
Llegué a pedirle una señal,
a preguntarle a mi admirada Helen Levitt: ¿cómo le hacía?
Siempre fue hermoso porque
al obturar regresaba a mi niñez, vivida también en un pueblo caribe.
Fueron siete años observando sus vidas. ¿Acaso intentaba justo eso: volver a la infancia, perderme otra vez en sus ajetreos y recovecos?
Seguramente hay escenas que me han faltado; no lo conté todo. Debo confesar que me costó cerrar este proyecto, pero estoy aprendiendo... Hoy lo he dejado ir.
***
Este trabajo fue publicado en la revista cubana independiente de periodismo narrativo El Estornudo.
Muy bellas imágenes. Felicitaciones y saludos desde Argentina👏👏👏
ResponderBorrar¡Gracias por leer y mirar! Un abrazo desde el Caribe colombiano.
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